Vinos de Alta Gama: La Obsesión por el Detalle
El vino premium argentino se caracteriza por una precisión quirúrgica en su elaboración. Detrás de cada botella de alta gama hay decisiones técnicas, culturales y económicas que persiguen un único objetivo: alcanzar una calidad extrema. Referentes del sector, como Rodrigo Serrano Alou de Domaine Bousquet, Eduardo Pulenta de Bodega Pulenta y Thibault Lepoutre junto a Fernando Rovello de Bodega Piedra Negra, comparten su visión sobre este segmento en auge del mapa vitivinícola global.

Alta Gama: Cuando Menos es Más
Rodrigo Serrano Alou, enólogo de Domaine Bousquet, sostiene que el vino de alta gama es aquel que recibe una atención especial a los detalles. Esta filosofía se traduce en una meticulosa selección desde la poda. Descartamos producción para enfocarnos en la calidad de la fruta, explica. A medida que avanzan las etapas de selección, se prioriza el carácter sobre el volumen, lo que resulta en una uva más concentrada y de mejor calidad.
Eduardo Pulenta, director de Bodega Pulenta, refuerza esta idea al afirmar que la elaboración de un vino de alta gama implica un cambio cultural. En su bodega, el proceso comienza hasta 10 meses antes de la cosecha, con poda específica y un control meticuloso del viñedo. Este enfoque a largo plazo, que incluye fermentaciones controladas y crianza en barrica, es crucial para lograr un vino de calidad.
Desde Bodega Piedra Negra, tanto Thibault Lepoutre como Fernando Rovello coinciden en que la clave del éxito en este segmento radica en la cantidad de operaciones y detalles en el manejo del viñedo y la elaboración. Destacan la importancia del control de rendimientos, el cuidado de la canopia y la selección cuidadosa de la cosecha.
Un Mercado que Evoluciona Junto al Consumidor
El consumidor cada vez entiende más y puede diferenciar mejor un vino de calidad, señala Serrano Alou. En este contexto, Eduardo Pulenta destaca que Argentina ha dejado atrás la lógica de volumen, posicionándose con vinos de primera clase mundial, competitivos frente a referentes de Francia, Italia o Nueva Zelanda. Sin embargo, el contexto económico ha presentado desafíos, y la caída del poder adquisitivo ha impactado en las ventas.
Exportar Calidad: Un Camino Estratégico
A pesar de que una gran parte del vino argentino se consume a nivel interno, las bodegas coinciden en que el futuro del vino de alta gama también se encuentra en el mercado exterior. Debemos pensar en exportar, lo que nos conecta con el mundo y trae divisas al país, sostiene Pulenta, quien menciona que su bodega exporta cerca del 50% de su producción a 24 países.
Bodega Piedra Negra también apuesta por un equilibrio entre ventas internas y externas, con un enfoque en el crecimiento del segmento de alta gama. Están desarrollando una bodega específica para vinos premium, que ya opera desde 2022 con capacidad de 100.000 litros.
Todos los expertos coinciden en que el futuro del vino premium argentino es prometedor. Serrano Alou ve un mercado en evolución, donde los detalles marcan la diferencia, y destaca las inversiones en tecnología, investigación y desarrollo en el país. Pulenta resalta la singularidad del Malbec argentino como una de las cartas fuertes, mientras que Lepoutre y Rovello aseguran que seguirán apostando por este nicho con inversión e infraestructura.
En un mundo donde el lujo tiene un significado especial, el vino argentino de alta gama se posiciona firmemente tanto a nivel local como internacional.